Existe un tipo de contraseña con la que nos podemos asegurar que nunca
tendremos problema alguno. Ni la persona más puesta en informática sería capaz
de acceder a nuestros datos, a nuestra casa ni a nuestras cosas más íntimas.
Qué mejor idea que la de ser nosotros mismos, nuestras propias contraseñas.
Es decir, nuestra huella dactilar, nuestro iris, nuestra voz, o incluso nuestra
cara. Hoy en día esto es posible puesto que existen sistemas que permiten la
identificación de usuarios por las características únicas de su persona. Esas
características de las que hablamos, están representadas por un patrón propio
que no puede coincidir con el de ningún otro individuo, y que además es difícil
de reproducir.
El estudio de las técnicas de reconocimiento de usuarios utilizando las
características corporales propias que lo distinguen de los demás es la Biometría.
En el caso de los sistemas biométricos el reconocedor es un dispositivo
que, basándose en características del sujeto a identificar, permite o deniega
el acceso a un determinado recurso o lugar físico.
El uso de la Biometría presenta numerosas ventajas sobre
los sistemas de verificación más “tradicionales” basados en contraseñas o en
tarjetas inteligentes, a los que además puede complementar:
- En
primer lugar, dado que la propia persona es la portadora de la
característica biométrica, no es necesario memorizar ninguna contraseña
que se pueda olvidar, ni llevar ninguna tarjeta que se pueda perder o
robar.
- Las
características biométricas no se pueden perder, y son difíciles de robar,
aunque se podría falsificar.
- En las
líneas que siguen presentaremos una visión de las tecnologías que se
emplean en los sistemas de identificación biométrica.
Pero también debemos tener en mente las desventajas:
- Es un
sistema tan innovador que el coste es inevitable que a día de hoy sea
barato en comparación con cualquier otro dispositivo determinado por una
contraseña.
- Hay que
tener en cuenta los costes propios del dispositivo, los costes de
instalación y despliegue, y los costes de mantenimiento y de las
actualizaciones de hardware y software.
- También
influye en la aceptación de los usuarios el tiempo que éstos necesitan
para habituarse al sistema, o la cantidad de tiempo que requieren para
entrenarlo, y la dificultad del entrenamiento.
- Uno de
los problemas que surgen con las aplicaciones biométricas, es que es
necesario disponer de una base de datos centralizada donde residan los
patrones correspondientes a los datos biométricos de los usuarios (estos
datos son personales y privados, por lo que deben estar regulados y
protegidos a nivel nacional e internacional).
Al hablar de los sistemas de este tipo, no estamos hablando de sistemas muy
lejanos. Hoy en día existen portátiles y PDAs que disponen de sistemas de
reconocimiento de huella dactilar incorporados, que permiten sustituir los
nombres de usuario y contraseñas o bien bloquear el disco duro para mantener la
seguridad de los datos.
Tenemos que ir tomando nota de que en un futuro no muy próximo las
contraseñas de siempre, dejarán de existir y contaremos con nosotros mismos
para el acceso a todo tipo de datos.
Hola Gema, muy interesante tu entrada. La verdad es que creo que la biometría es una tecnología que esta muy muy avanzada y que supongo, en poco ya la tendremos incorporada en el uso cotidiano. Pero también creo, que los "ladrones, hackers..." y todo este grupillo no tardarán en ingeniarse para intentar "violar" este sistema...
ResponderEliminarLo importante de una contraseña no es el tipo, sino lo segura que sea. Pero también es importante que sea lo más cómoda de usar posible respetando esa seguridad. Si avanzamos hacia ahí, bienvenida sea
ResponderEliminarComparto vuestras opiniones, ya solo por el hecho de no tener que recordar las diferentes contraseñas que tenemos para cada página esto va a ser una muy buena ventaja, pero sí, no debemos olvidar el mundo "hacker" aun así, si que es verdad que pienso que es una forma segura de llevar a acabo este mundo digital
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