lunes, 3 de marzo de 2014

Sedentarismo tecnológico






Hace unos días escuché un eslogan en la televisión que captó mi curiosidad de forma instantánea: “Viaje desde casa”. Comprendí qué querían decirme cuando descubrí que se trataba de la cabecera del Canal Viajar. Claro. Un buen documental con un gran equipo de música y un buen sistema de iluminación más la tecnología punta en 3D, y como si estuvieses allí. Es más, tendrás que tener cuidado para que los buses londinenses no te arrollen junto con la mesa camilla cuando crucen tu casa. No obstante, el eslogan hizo que me preguntase, ¿qué ventajas tiene viajar desde casa? Puede parecer evidente, pero tras un buen rato sólo conseguí arañar dos grandes pros: sin contar la suscripción al Canal +, es gratis. Por otro lado, estás en el sofá de tu casa, con un buen brasero que te cobija más allá del frío nepalí, las serpientes venenosas o la arena de playa que te entra por todas partes. Resulta increíble que la gente vaya a El Caribe pudiendo encerrar parajes paradisíacos en las 40 pulgadas del salón de casa. Pero…  ¿Y el verdadero sonido de las olas y el bronceado caribeño? Bueno, siempre puedes darte una buena sesión de rayos mientras en la lista de reproducción suena “Música relajante: olas del mar. Primera parte”.

       Quizás el ejemplo sea demasiado extremo (por ahora), pero si echamos un vistazo a nuestra vida cotidiana descubrimos que algo ha cambiado, y mucho. Mientras que con 10 años salíamos al patio del recreo a soñar que pisabamos el mismísimo Santiago Bernabéu, los niños de hoy lo hacen vestidos del Madrid y capitaneando a Cristiano Ronaldo a través de sus consolas. La actividad pasa de ser física (deporte, ejercicio, movimiento) e intelectual (capacidad de decisión e interacción con lo que te rodea) a meramente intelectual.

          En Japón se está desarrollando un mercado de productos tecnológicos que quieren romper estos esquemas. Más allá del simpático intento de Fusajiro Yamauchi (Nintendo) para hacernos chicos saludables pegando saltos en la tabla de surf de la Wii, una empresa desconocida ha creado un ordenador cuya pila se recarga obligando al niño a hacer ejercicio. La máquina lleva una batería externa que, cada cierto tiempo, deja de suministrar energía, hasta que el niño se ponga a correr como loco por los pasillos de su casa, usando un hardware que monitoriza las calorías que consume. Vamos, lo que en España se traduciría por “niño, deja ya la maquinita esa y salte al parque, que está el Carlitos en la puerta”, acompañado por una buena colleja que junta frente y pantalla.


        ¿Y cuáles son las consecuencias de esto? Como con el lema del Canal Viajar, vuelvo a encontrar pros y contras. Quizás estemos creando la generación más interactiva, interconectada, informada y digitalizada de la historia, pero si no conseguimos parar el sedentarismo tecnológico que devora niños y adultos por igual, seremos también la sociedad más incapaz, masificada, asocial y obesa. Un ser humano que, cuando echa un vistazo al futuro,  pretenderá averiguar el porvenir de la electrónica con más interés que el suyo propio. Si eso es o no preocupante, deben juzgarlo ustedes mismos: levanten los ojos de esta pantalla, observen su alrededor y exploren las posibilidades. La vida es algo más que píxeles y cables. ¡Váyase a El Caribe!

@JosemiMercury

4 comentarios:

  1. Lo importante es usar una web para planificar un viaje, no para sustituirlo. Aplíquese a cualquier otro ámbito y tendremos el verdadero sentido de toda esa tecnología

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    1. Toda la razón, las herramientas tecnológicas (y su propio nombre ya lo indica) deberían facilitarnos y ayudarnos a hacer algo, no directamente sustituirlo... Pero, en mi opinión, desgraciadamente asistimos a un desarrollo masivo de inventos que sustituyen nuestros hábitos y actividades que realizábamos antes. Desde coches que ya aparcan solitos hasta máquinas que preparan comida (como las thermomix) o incluso, consolas como la citada en el artículo. Si esto pasa es solo porque nosotros lo queremos, porque lo permitimos y dejamos "mano libre" al mercado de las tecnologías. Seamos realistas: una empresa no investiga y busca crear nuevos inventos porque quiere "mejorar nuestro bienestar", lo hace porque sabe que va a dar en el clavo de nuestra debilidad, porque nos conoce y es perfectamente consciente de que compraremos ese producto. He aquí el kit de la cuestión, ¿de quién depende el desarrollo de las nuevas tecnologías?, ¿de la empresa o de nosotros?. Yo creo que todos sabemos responder a esta pregunta si nos paramos a pensar un poco y a reflexionar sobre estas últimas décadas de evolución tecnológica.

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  2. Yo estoy de acuerdo con la educación "a la antigua usanza" pero y si hay un pero, antes salia a la calle con seis años y todos tan tranquilos, ahora hay hombres con furgonetas llenas de peluches, adictos a sustancias varias sentados enfrente de los columpios, niñatos con coches que no saben conducir.... Y yo me pregunto ¿ como suelto yo a mi hija a la calle sola? Quiza sea nuestra culpa y seguramente lo sea pero hay que ser conscientes de que el mundo cambia pese a ello yo seguire haciendo mi delicioso gazpacho con la "minipili" y lo seguire pasando por el colador con una cuchara, mis hijas seguiran yendo al parque los dias de sol y yo seguire enganchando mi caravana para ir de acampada por mucho que me quieran llevar al caribe virtual yo prefiero el tropical con ese olor a miel de las flores esa arena blanca de coral y sus playas virgenes porque sin estas cosas no tendria anecdotas que contar ni bromas que gastar porque preguntar a unas turistas extranjeras donde esta el paseo maritimo en el centro de Granada y que ellas te contesten la segunda a la derecha no tiene precio.

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  3. Yo supongo -o espero- que los individuos de las sociedades desarrolladas no llegaremos al punto de convertirnos en vegetales mórbidos y atrofiados, como en esas escenas tan simpáticas de la película WALL-E. Nos ha tocado vivir la época del avance exponencial de la tecnología, y no creo para nada que eso sea mala suerte. Al contrario. Me quedo al margen denunciar, como he leído por ahí, los intereses comerciales de las grandes corporaciones (tema un tanto fuera de contexto, centrémonos en las consecuencias sociológicas), o excusar lo que estamos viviendo en nuestras fobias a los peluches y demás peligros del mundo. El gran problema de la tecnología es el cuidado que tenemos que tener con ella, como con todo lo que no conocemos realmente. Únicamente hay que ser conscientes de la oportunidad que tenemos entre las manos, y utilizarla bien, de tal manera que seamos nosotros quienes dominemos los nuevos inventos y no al revés.

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