A pesar de que la organización Wikileaks llevaba realizando filtraciones desde su fundación en 2006, este vídeo supuso el catalizador que lo convirtió en una institución capaz de hacer temblar a las principales élites políticas. Pero este artículo no trata acerca del vídeo, ni siquiera de la gran crítica y del relevante papel que éste desarrolló en el debate global contra la guerra. Lo que quiero tratar en este artículo es lo que supone una entidad como Wikileaks en la sociedad actual, en el campo de las nuevas tecnologías y de las comunicaciones. ¿Qué supone ondear una bandera que aboga (a golpe de cañón) por la transparencia total en la sociedad de la información y de las redes digitales?
WikiLeaks es definida como “una organización mediática
internacional sin ánimo de lucro que publica a través de su sitio web informes
anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés
público. Con más de un millón de documentos o informes en su haber en algo más
de tres años de existencia, Wikileaks (wikifiltraciones, en castellano), ofrece
a cualquier usuario la posibilidad de alojar anónimamente mediante una conexión
cifrada textos, audios o vídeos confidenciales cuya autenticidad el portal se
encarga posteriormente de verificar. ”. Las filtraciones se centran en
diferentes comportamientos no éticos por parte de los gobiernos, especialmente
las actividades exteriores de los Estados Unidos (véase guerra de Irak y
Afganistán).
El fundador y principal representante de Wikileaks, el ya
icono mediático, Julian Assange, señala, entre sus propósitos, la consecución
de la justicia a nivel público y político. Llega a postular al portal como “la
primera agencia de inteligencia al servicio del pueblo”. Muchos expertos denominan esto como
‘periodismo científico’: ofrecer a los lectores la posibilidad de comprobar directamente
los datos que se les cuentan, mediante los documentos y archivos originales. Los
medios digitales facilitan y permiten, en gran medida, esta tarea, que elimina
la mediación realizada hasta ahora por los periodistas.
Wikileaks ha llevado al extremo las llamadas web 2.0. La
idea de unos medios de comunicación dirigidos y gestionados por el propio público,
que se rigen por la demanda, y lo que los lectores exigen.
La idea de una sociedad transparente y autogestionada por los propios ciudadanos,
que incorpora la posibilidad de acceso libre a todos los documentos y archivos
de Estado, organizaciones, empresas e instituciones. Esto supone una apelación
a un mundo “que se cuenta solo”, que no necesita de mediadores ni mediaciones.
Las personas y organismos profesionales encargadas de contar la realidad ven,
por consiguiente, como su papel se va diluyendo.
Si os interesa este tema, y para más información,
recomendaros el libro de Lluís Bassets, El
último que apague la luz.
Recuerdo que la primera vez que oí hablar sobre Wikileaks me sonó a risa el nombre, pero cuando vi a qué se dedicaban, pasé a la incredulidad. Es decir, cómo una organización va a poder con los grandes Estados Unidos de América, si nadie puede. La respuesta era: amparados en la tecnología, el instrumento que luchará contra los poderosos por su transparencia.
ResponderEliminarEn mi opinión es "sano" que existan organizaciones como estas, que contribuyen a la calidad y transparencia de los Estados. ero la pregunta es hasta cuando va a durar sin corromperse (si no lo está ya).
Como tiene puesto Google en su sede: "Sed buenos"; a los demás no nos queda otra que esperar que lo sean.
Muy buena entrada y enhorabuena Julia por una entrada llena de información, contraste y tecnología. Gracias por tu aportación.
¡Muchísimas gracias por tu comentario, y por tu interés, Guille!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu opinión acerca de Wikileaks. Nunca está de más dudar y ver las diferentes perspectivas de un mismo tema, especialmente, de uno tan escabroso como éste que estamos tratando. Está claro que Wikileaks representa un nuevo campo donde la información se convierte en un potente arma, que, al servicio del público y los ciudadanos, puede favorecer la democracia y la justicia, incluso a nivel internacional.