sábado, 19 de abril de 2014

El consumo colaborativo: Blablacar

Con el auge de la crisis la gente trata de buscar continuamente modos de vida más económicos y asequibles. Surge de este modo el consumo colaborativo, método de intercambio desarrollado gracias a las nuevas tecnologías que se ha extendido hasta el sector de los transportes. El uso del coche compartido está cada vez más extendido por nuestro país y por todo el continente europeo.




En este ámbito destaca la página web Blablacar.es, una plataforma para compartir coche en la que puedes ofrecerte como conductor o como pasajero. Tiene una organización muy sencilla, los pasajeros encuentran a los conductores online, siempre manteniendo la confidencialidad mediante un sistema de mensajería interna. Además, el pasajero puede escoger el transporte que se adapte a sus preferencias, siendo señalado en la propia web por los conductores si en el coche se fuma, si hay animales, o si se escucha música. Se puede incluso elegir entre un viaje con mucha conversación, en cuyo caso el usuario se especificará como “BlaBlaBla”; o “Bla” si por el contrario prefiere dormir durante el viaje.




Sin embargo, la extensión de este consumo colaborativo ya está creando polémica. Muchas empresas de transporte han visto esta plataforma como una evidente competencia que ha hecho disminuir sus beneficios. Una de sus alegaciones es el uso que dan ciertas personas de la plataforma como negocio lucrativo. Y sí, estas personas sin duda existen, pero son un número realmente reducido frente a las miles de personas que mediante el consumo colaborativo comparten el precio de la gasolina e incluso contribuyen a una menor emisión de CO2. La única solución parece ser la introducción de algún tipo de legislación que regule dicha actividad para que este dinero se introduzca en las leyes fiscales y poder garantizar los derechos y la seguridad de sus usuarios. De hecho, Blablacar cobra ya en Francia  un 10% a cada pasajero por trayecto y pretende cobrar en breve en España y otros países.



Sin duda, el consumo colaborativo necesita una regulación por mínima que sea, pero no creo que páginas como Blablacar sean las culpables de la disminución de los beneficios de las empresas de autobuses y otras, sino su falta de adaptación a las nuevas tecnologías y al avance de la sociedad en general.

lunes, 14 de abril de 2014

Las Redes Sociales y la Autoestima


NOTICIA

Ayer se publicó una investigación rescatada por la BBC, que establecía relaciones entre el uso de Facebook y la autoestima. Este estudio llevado a cabo por investigadores de tres universidades de Estados Unidos (Iowa, Ohio y Strathclyde), se realizó a partir de las respuestas 881 estudiantes universitarias que contaban sus experiencias sobre el uso de Facebook, junto con hábitos alimenticios y de ejercicios.
Este estudio buscaba establecer un paralelismo entre las imágenes de contactos en redes y la creación estereotipos. 
DeGeneres y su megaselfie
El resultado ha sido que la proliferación de los llamados «selfies» (entre otros) pueden ser nocivos para los usuarios y, más concretamente, para las usuarias, porque según el estudio las mujeres jóvenes suelen ser más asiduas a redes sociales y a compartir fotografías de ellas mismas en Internet que los hombres. Por tanto, a la hora de compartir fotos estas pueden ser evaluadas por los usuarios de forma que influyan notoriamente en la autoestima de la persona, pudiendo en ocasiones (aún no demostradas) variar su alimentación y comportamiento.

La investigadora de la Universidad de Strathclyde, Petya Eckler, ha declarado a la cadena BBC: «La atención a las características físicas de otros puede ser más peligroso en las redes sociales que en los medios tradicionales ya que los usuarios de medios de comunicación social son personas que conocemos».

OPINIÓN

Es un hecho que las redes sociales influyen en nuestra vida de forma tan “desmesurada” que ni nos damos cuenta. No solo el hecho de que con ellas vendemos nuestra privacidad (que ese es otro tema), sino que son ya parte imprescindible a la hora de valorarnos e incluso de entendernos y comprender nuestros gustos.

Es triste, desde mi punto de vista, que sea tan necesario la opinión de los demás para conformarnos como personas.Es interesante una herramienta que nos conecte con la gente, no una herramienta que nos haga el blanco de estas. No hay que olvidar que Facebook nació como centro de “interés” universitario, en otras palabras: para criticar a los alumnos que poblaban las aulas y calificarlos según su imagen.

Es cierto también, que ahí deben de estar los usuarios, utilizando bien las herramientas y dándole un uso adecuado e interesante, que los hay, pero no son los que más. No comprendo hasta qué punto no es perjudicial criticar a alguien; algunos dirán que es constructivo que sepa lo que opina la gente para crecer, etc., pero señores, algo que se hace públicamente de forma negativa no hace crecer a alguien, sino que la hunde. Aquel que pretenda justificar este uso es, sin duda, un “iluso”.

Los “likes” se han convertido en una trampa mortal, con los que algún@s se ganan el derecho de juzgar sobre lo que hay y no hay en una persona; la opinión se vuelve contra el que sube la foto y encuentra vergüenza donde deberían existir halagos.  Pero algunos dirán: ¡es el precio del juego!, y lo único que quedará claro es que avanzar, lo que es avanzar, solo lo avanzan las máquinas, porque lo que es nosotros…nos quedamos en los pueblos de la España profunda (aunque en otros lares que no son de la estepa española lo practican como deporte…) en los que más valía la opinión de la vecina que la propia.

En estos temas la crítica se acepta, pero si es para mejorar, mejor se lo dices a la persona en privado que es la que tiene que mejorar y no los demás, porque puede dar lugar a maldades que “nada” tienen que ver con el valor constructivo.


Para los que se encuentren en estas situaciones, un regalo: "tu autoestima no puede depender de los demás".

La televisión, nuestra compañera

Desde que se inventó la "caja mágica", la televisión se ha convertido en un soporte tecnológico sin el cual la mayoría de la población no puede vivir. con solo reflexionar unos segundos nos daremos cuenta de que ha sido aquel aparato que hemos encendido, quizás solamente por escuchar algo, quizás por sentir compañía, para informarnos, entretenernos o cualquiera de las muchas funciones que podemos deducir del uso de esta.
Todos recordamos aquellas televisiones que ocupaban casi lo mismo, y en ocasiones más que un mueble de nuestro salón o sala de estar y ahora cada vez poseen diseños más elegantes y cómodos que hacen que puedes tenerla en cualquier parte del hogar, pudiendo incluso colgarla de la pared ahorrando espacio de tu habitación y haciendo que realmente sientas que esta en el cine mientras ves una película con unas palomitas y mandando callar a tu compañero.
Además de su "físico" tenemos que centrarnos en todos los cambios que ha sufrido, puesto que teniendo como ejemplo España nuestras televisiones durante mucho tiempo solo nos ofrecían visionar dos canales, hasta que el mercado vio que este aparato podía dar ,y en efecto da, grandes cantidades de dinero.
Muchos debates pueden suscitar sobre la calidad de los programas que hoy encontramos en la programación de los canales, es discutible como ha derivado su uso, ya que realmente quien tiene el poder de un medio de tal alcance como este tiene capacidad para influir a todo el conjunto de la sociedad.
Nos encontramos ante un medio audiovisual, por lo que simplemente por ver y escuchar hace que a todos y cada uno de nosotros nos parezca más real que cualquier otro medio, pero no debemos dejarnos llevar por ello, hay que tener presente que nos pueden ilustrar los que mejor les parezca dejando en el olvido aquello que para aquellos que poseen los mandos no tiene relevancia.
Como todo en esta vida, la televisión tiene sus ventajas y sus desventajas, puede ser una gran forma de informar, entretener e incluso educar a la ciudadanía siempre que caiga en las manos adecuadas por ello también corremos el riesgo de que pueda manipularnos sin ni poder percatarnos de ellos, por eso siempre que nos sentamos delante de nuestro televisor nunca debemos dejar de tener presentes nuestros ideales, tenemos que observar desde una perspectiva crítica.
Al igual que diversos dispositivos también este viejo aparato se ha modernizado de una manera más que destacable. Un ejemplo de su evolución y adaptación a la nueva sociedad fue el apagón analógico del año 2010, por que para poder ver la televisión deberíamos tener sintonizado TDT (televisión digital terrestre). Ahora encontramos que desde ellas también podemos programar aquello que queramos ver en el momento que más cómodo nos resulte,elegir la forma de verlo e incluso en los últimos años se están incorporando televisiones inteligentes desde las cuales puedes acceder a internet.
Aunque nos parezca un invento de hace años luz, los televisores están luchando por seguir formando una parte de nuestra familia y se están adaptando a las novedades tecnológicas que hoy tenemos presentes.

Cuando la violencia se vuelve viral

Compartir videos en Whatasapp es ya algo normal.  La vida del usuario medio es ahora mucho más divertida, ¡dónde va a parar!  Un bebé riendo, un perro que canta, un resbalón tonto... Parecía que la compañía de mensajería había dado en el clavo. Pero no todo lo que reluce es oro.

     
Llegó un momento en el que ya no nos bastaba el niño que cae al río ni la abuela en el gimnasio. En el grupo de los primos seguía haciendo gracia, pero en grupos menos formales comenzaba a despuntar el gracioso que solía enviar contenido de mal gusto. Normalmente, de índole sexual. Con la aparición de este espécimen digno de profundo análisis, nos dábamos una vuelta por la galería de vídeos y nos llevamos las manos a la cabeza. ¿Cómo ha llegado esto aquí? Luego te acordabas del amigo gracioso, y todo quedaba en una anécdota. Desagradable, pero no excesivamente grave.
      Hace tiempo advertí una nueva fase en este proceso de viralización de los contenidos multimedia. Recuerdo estar estudiando en la biblioteca cuando mi compañero me dio un toque para enseñarme un vídeo bastante curioso. Aquella fue la primera vez que escuche el término "palanquilla". A partir de ahí los vídeos sexuales de menores corrieron como la pólvora y la gente se sentía orgullosa de compartirlos. La situación se iba de las manos: en los grupos de whatsapp comenzaba una competición para ver quién subía el vídeo más gore. Algunos comenzábamos a preocuparnos (para burla de otros), pues la afluencia de contenido de sexo entre menores, acoso escolar, palizas callejeras, maltrato explícito de animales o muertes en directo, no dejaba de ascender.


          La viralización parecía haber tocado techo, pero el ser humano es un ser excepcional. A principio de curso un chaval me pasó un móvil para que viese "lo nuevo". La curiosidad me picó, pero no conseguí ver más de una décima parte. Aquella noche no pude dormir con la imagen del hombre al que degollaban con un cuchillo de cocina y moría desangrado a pocos centímetros de la cámara.
        No fue un caso aislado. Varios me hablaron después de otros vídeos de ejecuciones explícitas donde grababan a las víctimas para conseguir vídeos virales.  Uno me comenta divertido como a un hombre le cortaban los dedos con un machete. Luego me preguntó si me apetecía ver cómo castraban a un joven en medio de un corro de curiosos. Parecía que se le salía el orgullo por las orejas. 
     Cuando intento imaginarme a dónde vamos a llegar con esto recuerdo un libro que leí hace algunos años: Donde surgen las sombras, de David Lozano. La trama giraba en torno a un videojuego de rol donde las personas eran controladas, torturadas y asesinadas por jugadores desde sus pantalla. En su momento me pareció un recurso fácil para hacer una novela juvenil más. Viendo el indigerible interés por la violencia extrema que está desarrollando esta nueva sociedad informatizada y culturizada, me llega a resultar incluso factible. ¿Qué pretendo escribiendo esto? Concienciar. Nadie más ha hablado del fenómeno, y sólo hace falta darse una vuelta por Google Imágenes para saber que está ahí. ¿Nadie ilegaliza esto? ¿No existe ningún tipo de control? Es evidente que no, los vídeos extremos siguen en las redes sociales, más virales que nunca. ¿La única forma de actuación? Fácil: no compartir y denunciar cuando se haga. Pero mucho me temo que la situación seguirá así por mucho tiempo. Espero equivocarme.

domingo, 13 de abril de 2014

Bloqueo a la libre circulación de contenidos en Internet





Las páginas “SeriesYonkis”, “VideosYonkis” y “PelículasYonkis”, propiedad de Burn Media SL, ha sorprendido a todos sus usuarios con el bloqueo de sus enlaces a descargas directas y visionados on-line. Estos internautas, en el acceso a los contenidos, ahora se encuentran únicamente con publicidad.   

Burn Media SL fue vendida hace más de dos años a Alexis Hoepfner por David Martínez y Jordi Tamargo, que anunciaron futuros proyectos como la “start-up” Fever. SeriesYonkis, foco de interés dentro de la industria cultural, nació en 2007 gracias a Alberto García Sola, quien la vendió en 2009.



Desde el 2 de junio de 2008 existe un caso penal contra la página web. Sin embargo, a pesar de que el pasado 11 de febrero la Fiscalía exigió el cierre de la página web al servidor, esta medida no ha sido tomada por ningún juez. Tampoco ha sido causa de algún fallo ni ataque informático por motivo de actualizaciones en sus servidores.

Según el presidente de la Asociación de Internautas (AI), Victor Domingo, esta decisión ha sido tomada por los propios responsables de los portales, quienes han decidido bloquear los enlaces por una reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. La AI considera que estos portales atentan contra la legalidad, sin embargo, no se puede considerar la alteración de los derechos de la propiedad intelectual porque no muestran contenido, sino simples hipervínculos.



La cuestión que, a mi parecer, plantea este hecho, es el siguiente. Si en una sociedad caracterizada por el uso de Internet, nacida como red global de intercambio de productos culturales, se bloquean los contenidos que en ella se muestran, ¿no es una contradicción con la propia finalidad de Internet? ¿O es, por el contrario, injusto para aquellas personas que obtienen beneficios con la venta de los productos intelectuales de su propiedad? ¿Qué mecanismos podrían utilizarse para conciliar ambos intereses, a primera vista totalmente opuestos?

viernes, 11 de abril de 2014

Google Glass: un antes y un después


Para algunos Google Glass no es más que un invento invasivo de la privacidad, para otros supone un gran cambio en la forma de realizar las cosas. Si algo queda claro con este proyecto es el gran poderío que tiene la empresa californiana en el desarrollo tecnológico.
Google Glass posibilita a través de su cámara incorporada tomar fotografías, grabar videos y guiar al usuario por las calles. Además con sólo decir la acción, las gafas permiten mandar mensajes, hacer llamadas e incluso acceder a información en Internet; todo ello sin la necesidad de usar las manos.

Este nuevo invento tiene grandes expectativas de mercado, tanto es así que la empresa Google ha decidido vender ejemplares limitados durante el 15 de abril a cualquier adulto residente en EEUU. El éxito que tendrán las gafas en grandes profesionales del audiovisual está casi garantizado, pero no lo es tanto cuando se trata del usuario medio ya que Google ha decidido venderlas por 1500 dólares: un precio que para muchos está fuera de su alcance.
Por otra parte, el ambicioso proyecto de Google se ha convertido en una fuente de inspiración de creación de aplicaciones, como es el caso de Zerintia: una empresa que con las ventajas que presentan las gafas, ha creado una guía turística para recorrer Madrid. Entre otras muchas aplicaciones creadas destacan aquellas de noticias, edición de fotografía y redes sociales como Facebook y Twitter.

Con el fin de promocionar las múltiples ventajas que presentan las gafas y su grandísimo potencial, Google ha subido a su página oficial unos videos para mostrar que se siente al llevarlas. No obstante, muchas otras organizaciones han aprovechado el invento para tomar iniciativas. Por un lado, un hospital de Houston ha ido más allá para permitir a sus pacientes infantiles que no pueden abandonar el centro la posibilidad de “visitar” el zoo de manera virtual. Por otro, con motivo del Día Internacional de la Mujer se ha lanzado un impactante anuncio en el que se muestra el día a día de una mujer maltratada, con el fin de concienciar a la población. 

La potencialidad de Google Glass para reflejar experiencias en primera persona, hará de él un gran protagonista en campañas publicitarias y quien sabe si marcará un antes y un después en la tecnología mundial. 

Elisa Mayorga
@elisamlg

martes, 8 de abril de 2014

El doble filo.- GRIETAS Y WIKILEAKS (parte 2)



La utopía de la transparencia no es producto de la imaginación de un par de visionarios, sino una deducción práctica y lógica de la realidad tecnológica y social. El ciudadano tiene, pues, las herramientas  para acceder personalmente a unos nuevos instrumentos de poder mediante los diferentes recursos tecnológicos. Ya no existen exclusivas. Wikileaks se erige como el emblema de la transparencia, que tiene como propósito crear sistemas encriptados de recepción de documentos para que los ciudadanos saquen a la luz toda la documentación secreta y oculta, en principio sin límite alguno.


Pero esta utopía, que puede parecer apetecible en un primer momento, es un cuchillo de  doble filo: la frontera entre lo privado y lo público se ha difuminado. Es posible conseguir archivos privados o clasificados con suma facilidad y la democratización de la tecnología hace aflorar numerosos programas e individuos capaces de hackear cualquier programa y ordenador.  Esto, además de ser un potente agente desestabilizador, está al servicio de cualquier causa e ideología.


La cara negativa de la transparencia responde un poco al esquema orwelliano de 1984, el Gran Hermano. El surgimiento de un control vertical y colectivo, en el contexto de la mayor libertad individual imaginada por el ser humano.  Intercepciones telefónicas, escuchas (ilegales o legales), control informático, cámaras de vídeo vigilancia y demás tecnología que se intenta justificar bajo la figura de la seguridad; virus…  Tenemos, pues, por un lado, la figura liberal de la transparencia; y por otro, un totalitario control tecnológico de permanencia casi absoluta sobre los ciudadanos.

Llegado a este punto es necesario plantear un debate. ¿Cuál es realmente el verdadero escándalo? ¿La revelación de documentos de Wikileaks, que confirman las sospechas sobre las torturas por parte del ejército estadounidense? ¿La falta de ética de los diplomáticos norteamericanos? ¿O, por el contrario, que todo lo que escribamos, digamos y hagamos pueda ser recogido, grabado, guardado y filtrado sin reglas ni control legal alguno?

“Wikileaks no cambió la historia de la humanidad”. Las relaciones internacionales quedaron intactas. No hubo una respuesta práctica por parte de las autoridades frente a las violaciones de derechos humanos y a las malas prácticas desveladas en sus filtraciones. Tampoco podemos admitir un avance en la transparencia de los estados de cara a sus ciudadanos.

Sin embargo, hay quien insiste en ver a Assange y a sus seguidores como la cara positiva de la globalización tecnológica: “un contrapoder a la altura de los tiempos”. La tecnología permite la creación de zonas fuera del control de los estados desde donde se difunden y se democratizan sus secretos. Frente a la rigidez y a los intereses de los grandes massmedia, este organismo intenta recuperar la vieja función de control del poder que en su día tuvo la prensa.

Entrevista a Julian Assange en Salvados
De la mano de la tecnología y las redes de comunicación globales, aparece un nuevo agente político y mediático global, que escapa a los controles legales. Las mordazas de los poderes públicos y económicos cuentan con un incómodo altavoz en la Red, pero éste no se reduce a Wikileaks. La democratización de la tecnología debe servir exactamente para eso: para cuestionarse el orden social y político vigente, una alternativa real que pueda servir de contrapeso al silencio impuesto por las diferentes élites y gobiernos.


“En la carrera entre el secreto y la verdad, parece inevitable que la verdad siempre vencerá” Rupert Murdoch, 1958